Carolina trepa un bello árbol, mientras que en un país muy lejano llamado África se muere una niña de hambre. Las raquíticas costillitas de la africana muerta de hambre se emiten en la televisión de la madre de Carolina, y la madre de Carolina piensa y se consuela en la suerte que tiene ella de que su hijita esté vivita y coleando en el patio trasero. La madre de Carolina piensa: “Que afortunada soy de tener a mi hijita, el suficiente dinero para comer, un techo…La verdad una se hace problema por cada cosa¨. Otro vacío ataque de distanciamiento frente a la frivolidad cotidiana, la ilusa destrucción de la tarjeta de crédito: “Y si somos tan poco, la otra vez escuché un tipo en la tele que decía que cada veinticinco segundos muere un hombre atropellado. Mira que te vas a hacer problema por el par de zapatos o de la luz eléctrica. Na! Yo, a partir de ahora voy hacerme problema de lo que realmente importa…” (finalizar un cuento con puntos suspensivos puede ser dos cosas: un escritor aficionado con sueño o la oportunidad de que usted, mi querido y potencial lector, pueda interpretar su significado).
by Joaquin Molina Scaliter
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