Autora: Elisabet Riera
Perfiles: Para
aquellas interesadas en el arte culinario de la cannabis, tanto en su vertiente
psicoactiva como en la nutricional (esta planta tiene notables virtudes
alimentarias). También para no-fumadores, y para personas interesadas en la
cannabis medicinal.
Nivel: Pequeño recetario, con introducción a la
planta, bien redactado y elaborado con simpatía. Dentro de la cocina cannábica,
tiene todo lo que hay que saber.
Palabras clave: Cannabis, marihuana, recetas
psicoactivas, cocina, postres, propiedades alimenticias de la cannabis,
proteínas vegetales, aminoácidos esenciales, ácidos grasos omega-3 y omega-6.
Este es un libro de recetas y de buenos
consejos... Es también un libro escrito con simpatía, aliñado con un fino
sentido del humor, y que se lee con agrado. Y para acabar de empezar, diremos
también que este es un libro de recetas psicoactivas y de recetas nutritivas
-pues no en vano las semillas de la planta son más muy ricas en aminoácidos:
las tienen todos, y además fácilmente asimilables por el organismo humano; y
tienen también la mejor proporción de ácidos grasos omega-3 y omega-6, tan
saludables y alabados en la actualidad.
Bajo el epígrafe 'es
bueno saber de qué estamos hablando antes de comerlo', la autora nos
introduce a la planta del cannabis, tanto en su historia como en sus usos
medicinales, industriales, psicoactivos y también alimentarios. La parte más
extensa de esta sección es la que versa sobre las propiedades psicoactivas y
nutricionales de la planta, que es el tema que nos ocupa.
La parte de las recetas
es la más deliciosa; tal y como dice su autora 'empieza por las que más te
tienten, y sigue explorando hasta confeccionar las tuyas tus propias'. Al
principio de cada postre, sorbete, salsa o infusión, el recetario nos indica si
estamos abordando un manjar psicoactivo o uno que tenga virtudes nutricionales;
los ingredientes suelen ser sencillos y asequibles para cualquiera, y algunos
de los platos tienen comentarios o anécdotas que convierten la lectura en un
divertimento por sí mismo.
Uno de los puntos en los
que insiste la autora es en la prudencia a la hora de ingerir los postres a
base de cannabis: al absorberse de una forma más lenta que si lo inhalamos, las
recetas cannábicas son propensas a la sobredosificación, precisamente por
buscar unos efectos que tardan en llegar. Esto puede ocasionar sentimientos de
paranoia y convertir el deseado rato agradable o de autoexploración en un
momento de angustia sin par. Además, recientemente se ha descubierto que el
cannabis ingerido se metaboliza de forma diferente que inhalándolo, y si bien
por un lado puede ofrecer un tipo de experiencia diferente a la habitual, esta
también puede ser más inquietante si no tenemos buena medida en la dosis
empleada. ¿Cueces o enriqueces?
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